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Aprendizaje en familia con un enfoque dinámico para potenciar sus habilidades.

  • sandragorozpeba
  • 11 nov
  • 3 Min. de lectura

Si lo pensamos, cada momento y lugar ofrece una oportunidad para aprender, solemos asignar el aprendizaje al aula y las tareas, sin embargo podemos usar los momentos de la vida cotidiana para favorecer su aprendizaje y adquirir herramientas de forma natural, herramientas indispensables para vencer los retos cuando este en el aula.



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Explicarles o hacer las tareas escolares con tu hijo puede estresar la relación y volverse un caos, y ayudarles puede ser un obstáculo. Aunque queremos, no siempre sabemos cómo o no podemos hacerlo. Quizá esta escena te es familiar: tu hijo no sabe, no recuerda, llora, se hace tarde, tu paciencia se agota, provocando todo un alboroto en la casa.


Aquí comparto cinco alternativas no académicas excelentes para potenciar su aprendizaje de manera natural:


1.- Realiza actividades que desarrollen sus habilidades para aprender como atención, concentración y memoria, eligiendo juegos que promuevan esas habilidades y le ofrezcan seguimiento a un proceso como:


  • Activar su concentración y atención con rompecabezas, legos, bloques, etc.; y también su memoria con trabalenguas, adivinanzas, etc. Le permitirá recordar.

  • Seguir una secuencia, un manual o un procedimiento es parte del proceso de aprendizaje para concretar alguna tarea o investigación. Puedes ayudarle preparando una receta de cocina y pesando ingredientes; pueden organizar juntos los pasos para realizar alguna dinámica o seguir un instructivo para armar algo.

  • Estimula sus habilidades para aprender con juegos de mesa; hacerlo le permitirá practicar su lectura, el conteo, adquirirá paciencia, la escucha, su participación activa y trabajo en equipo; al mismo tiempo promoverá también su pensamiento estratégico.

  • Evita dejarte ganar o terminar el juego si ya no quiere; la clave es seguir hasta el final.


2.- Déjale momentos de ocio y descanso; hará que su imaginación vuele. El cerebro de tu hijo aprende mejor cuando descansa y está relajado. En esos momentos aleja aparatos electrónicos.


  • Déjale material a su alcance que le permita imaginar: disfraces y títeres para el juego de roles, usar pinceles y pinturas, modelar con masas o plastilina, papeles para recortar y armar, hacer joyería, jugar en el jardín, etc. Todo lo que permita ampliar su creatividad.


3.- Selecciona en casa un espacio cómodo y apto para el estudio, lejos del tránsito familiar y con mobiliario a su altura y tamaño:


  • Fortalece el hábito de la lectura. Al leer cuentos, impúlsalo a observar las imágenes intentando anticipar la trama; conversen sobre el contenido y que explique la secuencia de la historia; utiliza palabras nuevas que le permitan incorporarlas a su vocabulario.

  • Determina un horario de “estudio” con tiempo determinado para evitar que pase la tarde entera haciendo tarea.

  • Habilítalo con útiles escolares, textos y material de consulta y diccionarios.


4.- Diseña una rutina visual que le ofrezca guía y permita su verificación:


  • Asegúrate de que incluya tiempos y actividades específicas: momentos para jugar, para descansar y hacer tarea y/o alguna actividad extraescolar, etc.

  • Favorece momentos de ocio y socialización; vecinos, primos, hermanos y momentos de juego libre son indispensables para aprender. Mucho de lo que sabemos lo hacemos durante la convivencia y por imitación durante la infancia.


Al finalizar el día pueden juntos verificar el cumplimiento de la rutina.


5.- Tareas domésticas, grandes aliadas para estimular la responsabilidad y el esfuerzo; generalmente los niños buscan ayudar. ¡Aprovéchalo! Promueve su iniciativa.


  • Asigna actividades según su edad como: regar, barrer, ayudar a preparar comida, tirar la basura, atender la mascota, sacudir, poner la mesa, lavar las frutas y verduras. Hacerlo favorece su iniciativa, su responsabilidad, virtudes fundamentales para aprender.

  • Las tareas domésticas, en los más pequeños adicional a lo anterior, estimulan los músculos de los dedos, manos, brazo y hombro, su direccionalidad y los dejan listos para usar el lápiz y escribir, sostener los libros y hojearlos, sacar punta al lápiz, usar pinceles, recortar, etc.; además de enseñarles de manera vivencial conceptos como esfuerzo, voluntad, tenacidad, etc.


Recuerda tener presente reconocer y reforzar cada uno de sus intentos y logros de manera positiva; hacerlo determinará su actitud para enfrentar el reto, con seguridad para seguir avanzando.


-Sandra Gorozpe

 
 
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