El liderazgo trasformador de los docentes
- sandragorozpeba
- 14 may
- 2 Min. de lectura
¿Cuál es el entonces el rol del docente si todo el contenido que deben aprender los alumnos está en la web?
Vivimos en un mundo globalizado donde las fronteras son cada vez más difusas, la dinámica social, las formas de consumo y comunicación han marcado un cambio en el comportamiento de las familias, por otra parte la integración de la tecnología en las aulas han construido una dinámica diferente en los docentes a la hora de impartir sus clases, llevando al docente a una transformación total.

Por ejemplo, hasta hace unos años, el profesor era quién seleccionaba e interpretaba la información que hacía llegar a sus estudiantes. El rol del docente se fundamentaba en compartir dicha información previamente seleccionada al alumnado y ante cualquier duda, los estudiantes recurrían al profesor para cualquier consulta, acotando su conocimiento a lo previamente seleccionado, hoy en día, los niños desde muy pequeños tienen acceso a mayor cantidad de información que los lleva a en muchos casos a compartir y ampliar información con sus docentes.
Así que una transformación en el rol docente es inminente, la transformación lleva al docente de hoy a un docente promotor del desarrollo integral de cada uno de sus alumnos, sin duda un reto mayor, el modelo Bristol es sensible a esos cambios y define su filosofía y la de sus docentes hacia la transformación e innovación, basándose en:
Construir una mirada lúcida, al fortalecer sus habilidades y las de sus alumnos al aprendizaje permanente, apoyando a los alumnos a la selección verás de la información.
Activar y dinamizar las clases, haciendo uso de la experimentación favoreciendo la práctica y su vinculación tangible con la realidad que lleve a cada chico al pensamiento crítico.
Fortalecer su liderazgo y el de sus alumnos para promover habilidades sociales guiando a sus alumnos al trabajo colaborativo y a reconocer el valor del esfuerzo solidario para alcanzar resultados en beneficio común.
Comprender el valor del esfuerzo, creando un ambiente de confianza y dinámico que les permita identificar sus cualidades haciendo del desafío una oportunidad de aprender, guiándolos a diferenciar el error del fracaso y a distinguir en cada intento es aprendizaje.
Favorecer en ellos virtudes que les permitan afrontar los desafíos de la vida presentes y futuros, tomando decisiones éticas.